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A modo de recibimiento

A ti, que has llegado hasta esta página, te damos la bienvenida a la vez que nos presentamos como un conjunto de personas que estamos unidos por un sentimiento y una actitud en favor de los seres humanos.
Decimos que nuestras actividades están comprometidas con alcanzar y desarrollar la dignidad humana en todos nosotros y en todos los que nos rodean.
Para lograrlo queremos comunicar y compartir ideas, sentimientos y acciones que nos permitan difundir nuestras convicciones sobre las capacidades del ser humano.
Dentro de estas capacidades está la de transformarse a sí mismo y a las circunstancias naturales y sociales adversas en las que le ha tocado vivir. Los humanos, a lo largo de su historia, han sido capaces de preguntarse en qué mundo viven y si ese mundo es el que desean para sí mismos. Encontraron que muchas cosas de su entorno tenían que cambiarlas y las fueron cambiando. Esos humanos fueron capaces de reconocer aquello que tenían que cambiar porque no estaba bien que las cosas se mantuvieran de ese modo. Y fueron capaces de encontrar los medios de transformar su entorno y mejoraron sus condiciones de vida. Y del mismo modo han venido funcionando, transformando el ambiente pero también se vinieron transformando a sí mismos.
Ahora bien, hoy nos preguntamos: este mundo en que vivimos ¿es el que nos merecemos o merecemos algo mejor? ¿Verderamente te sientes colmado, feliz, como ser humano o te sientes digno de algo superior?
Si respondemos que queremos un mundo mejor es porque queremos que cambien muchas cosas actuales. Y estamos de acuerdo: hay muchas cosas que no merecen permanecer porque representan un desprecio y falta de respeto a las personas, a la dignidad humana.
No lo negamos, por lo contrario, somos conscientes y queremos hacer conscientes a todas las personas de que vivimos una fuerte crisis, que se viene profundizando cada vez más y que, si no hacemos algo por cambiar la situación general, tarde o temprano termina por alcanzar y afectar a todos…, a todos nosotros.
Es por eso que nosotros sumamos nuestros esfuerzos a los de muchos otros Humanistas y proclamamos que el gran conjunto de los seres humanos merecemos un mundo nuevo, que se ajuste a las posibilidades y necesidades de todas las personas, por el solo hecho de haber nacido humanos.
Este proyecto es posible, como bien lo demuestra la historia que presenta el largo recorrido de nuestra especie, que ha sido capaz de modificar las más diversas y penosas circunstancias naturales. Ese mismo recorrido muestra distintos momentos de crisis, unos más agudos que otros, que han venido siendo superados.
Esto señala las capacides que pueden desarrollar las personas para superar las más adversas circunstancias, pero eso se ha logrado porque han sido muchos los que han querido actuar en forma conjunta para alcanzar objetivos que beneficiaran a todos.
Sin embargo, como es fácil de comprender, no basta con los buenos propósitos: hay que actuar y hay que hacerlo en una dirección precisa. Es necesario dar dirección a nuestras vidas.

Por tal razón “Los humanistas planteamos el problema de fondo: saber si queremos vivir y decidir en qué condiciones hacerlo” (Silo. “Visión actual del humanismo”, Obras completas. México: Plaza y Valdez, 2002. vol 1, p. 1025).

Si estas palabras, despiertan una resonancia en tu interior, es señal de que te sientes humano y que te quieres como humano, que reconoces la dignidad suprema de todos y cada uno de los humanos. Hay, en ti, una cuerda que vibra y siente con lo humano.

Considera, entonces, si es digno de ti dedicar los mejores esfuerzos por hacer que todas las personas lleguen a constituir una solo familia humana universal, en condiciones de vida que les permita a cada cual encontrar su felicidad y la de los suyos, y que todos les reconozcamos que ese es su derecho como así lo consideramos para nosotros.

Te invitamos, pues, a iniciar una comunicación auténticamente humana, en la que paso a paso vayamos enriqueciendo nuestras vidas y estar en condiciones de llevar ayuda para que otros encuentren también el enorme caudal de riqueza que cada uno lleva dentro de sí y que ello está por despertar.

Es una invitación que sale del corazón y quiere llegar a tu corazón. Es una comunicación auténtica que, frente a tantas condiciones inhumanas que se viven hoy, unirá poco a poco y cada vez en mayor profundidad a cada ser humano, a ti, a mí y a muchos otros que queremos humanizar la Tierra, porque eso lo merecemos todos: participar y pertenecer a la Familia Humana Universal.

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